"El rechazo no mata, no aceptarlo si"
Me fascina escuchar las historias de las personas que han emprendido un proyecto trascendente, mediante la construcción de una empresa, una carrera artística, deportiva o en cualquier ámbito que hayan decidido desenvolverse. Indistintamente de quien se trate, hay factores coincidentes entre este tipo de individuos, tales como: compromiso total hacia un objetivo, responsabilidad, una visión firme y su resiliencia, particularmente para aceptar muchas negativas.
Frecuentemente escucho entrevistas de emprendedores que buscan financiamiento a través de fondos de capital privado; el común denominador, es que usualmente tocan la puerta de alrededor de 100 fondos para que por lo menos alguno de estos decida escucharlos con más detalle. Los que logran permanecer en este proceso y además mejoran continuamente tanto su producto, servicio, discurso de venta, etc. Son los que en algún momento se vuelven acreedores a la confianza de los inversionistas y reciben el tan anhelado recurso.
No es tan común que alguien acepte fácilmente el rechazo sin pasar por cierta frustración de por medio, aunque eso es natural, el reto más importante es cuando en lugar de tomar una negativa como una oportunidad para mejorar, nos aferramos a lo que se supone que debería haber pasado, a lo que nosotros queríamos y considerábamos que era lo mejor.
No aceptar cuando alguien nos dice "No", provoca resentimientos, dolor y sufrimiento, muchas veces tomamos esa negativa como algo personal, cuando la mayoría de las ocasiones el mensaje profundo tiene que ver con corregir una o más áreas de oportunidad, es decir, aunque parezca difícil de aceptarlo, hay un regalo por aprovechar en esos momentos para seguir creciendo.