"Emprende desde el amor"

Conforme avanzamos como sociedad, surgen cada vez más los emprendimientos denominados "Conscientes", cuyo enfoque se encuentra principalmente en el triple impacto: rentabilidad financiera, cuidado ambiental y colaboración social.

Emprender conscientemente no se limita a tomar acciones para proteger el medio ambiente o contribuir positivamente con una causa social. Desde mi perspectiva, emprender conscientemente comienza con conocernos profundamente, identificando cuáles son esos aspectos que nos mueven en la vida, cuáles son los valores que sustentan nuestras decisiones, cuáles son las actividades que contribuyen al crecimiento personal y cuáles son los talentos que hemos desarrollado y que podrían servir para ayudar a otros.

Emprender tampoco se limita a poner un negocio. En 1732 el Diccionario denominado "De Autoridades", de la Real Academia Española, definió al emprendedor como la persona que "se determina a hacer y ejecutar con resolución y empeño alguna operación considerable y ardua". Esa definición es la que personalmente tomo como referencia; para mí, emprender significa tomar las riendas de nuestra vida y dirigirla arduamente hacia una visión definida por nosotros mismos.

Para muchos, emprender se asocia únicamente con la intención de generar dinero por cuenta propia, sin la limitante de contar con un jefe, se busca autonomía y libertad, asumiendo que la libertad implicará hacer las cosas en el momento que mejor plazca. Creo que esa es una perspectiva que tiende a causar más frustración que placer; si bien el emprendimiento propicia la libertad, dicha libertad requiere basarse en tener la posibilidad de elegir cosas placenteras y voluntariamente no hacerlas, por apostar hacia un bien mayor.

La esencia del emprendimiento está en dar y en servir, es decir, ayudar a un grupo de personas con características y necesidades similares en algún ámbito de su vida, mediante la oferta de productos y servicios y, por consecuencia, gozar de una retribución económica.

Independientemente del ámbito en el que nos desenvolvamos, la vida tiene principios aplicables en todos los casos. El emprendimiento no es la excepción, emprender con la única finalidad de conseguir dinero y obtener beneficios, es similar a cualquiera de los siguientes casos:

  • Iniciar una relación sentimental con la única intención de que ser amado y sentirse acompañado.

  • Cuidar el cuerpo con la única intención de que lo admiren.

  • Hacer algo solo con el único objetivo de ser reconocido.

Cabe destacar que en todos las situaciones anteriores, el resultado es desastroso, ya que las acciones provienen de la carencia.

Se habla bastante de hacer las cosas con pasión, creo sería aun más positivo si el origen de nuestras acciones fuera el amor, amor por crear, amor por servir y amor para quien servimos. Suena idealista, pero ese es mi motor y es lo que disfruto promover, se podría pensar que en la realidad las cosas son muy diferentes y, estoy completamente de acuerdo, sin embargo, el futuro no se diseña ni se construye basándose en la realidad actual, sino a través de una visión de mejora.