"Puedes negar la realidad, pero no sus consecuencias"

Ayn Rand fue una escritora y filosofa rusa, nacionalizada estadounidense, que se caracterizó por su pensamiento "Objetivista". A manera simplista de expresarlo, ella consideraba que el único camino que tiene el ser humano para sobrevivir, aprender y crecer, es a través de los hechos, descartando los sentimientos y la fe como fuentes para estos propósitos; desde su perspectiva, la evolución de cada persona depende de sí misma, dejando de lado cualquier agente mesiánico externo, en otras palabras, cada quien es el mesías de su propia vida.

Desde mi perspectiva, el pensamiento que titula este artículo se encuentra estrechamente relacionado con la descripción de un principio místico denominado "El principio de causa y efecto", cuya enfoque es el siguiente:

“Cada causa tiene su efecto; cada efecto tiene su causa; todo sucede según la ley; el azar no es más que un nombre para una ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la ley ”

Aunque los párrafos anteriores parezcan contradictorios, yo creo que en esta vida todo esta integrado, solo que, para asimilar mejor el aprendizaje, cada quién abordará los mensajes conforme a su modelo mental. En mi caso no percibo como antagonistas a la ciencia y a la metafísica.

Independientemente de donde provenga el mensaje, lo que realmente quiero expresar, es que estoy convencido que en ambos casos se está hablando de responsabilidad, contemplando a la responsabilidad como la posibilidad de elección para asumir de cierta manera los hechos que vivimos con los recursos que tenemos en ese momento, no importando si nosotros no fuimos los causantes de las situaciones.

Siempre habrá la posibilidad de decidir cómo actuar ante las circunstancias, de hecho, al llevarlo a cabo de esa forma, generaremos nuevas causas para otras consecuencias. Actuar o no actuar sobre los hechos implicará consecuencias, independientemente de que nos guste.

Si día a día asumimos el poder que tenemos sobre nuestra vida, el poder sobre cómo dirigirla, consolidaremos nuestra confianza, una confianza sobre nuestra forma de actuar y una confianza sobre las situaciones que vivimos, es decir, podemos apreciar todas ellas como una oportunidad para seguir creciendo siempre y cuando nos responsabilicemos de por medio.

Creo que la integridad no se refiere a mostrarte de forma intachable para los demás, pienso que se refiere a tomar decisiones, actuar consistentemente sobre ello y, especialmente, abrazar las consecuencias derivadas de dichos actos, sin queja o pesadumbre.

No creo en las casualidades, creo que todo tiene una causa, solo que no siempre nos damos a la tarea de averiguarla, reconocerla ni mucho menos aceptarla. Creo que a partir de entender esto le doy por fin un significado a la expresión "Quién no conoce su historia está condenado a repetirla."